Sobre Mi

holmen_18_noviembre_2014_025Desde mi etapa escolar opté por diseñarme una maleta de recursos (esquemas, dibujos, notas,…) con los que alimentar constructivamente mi memoria, curiosidad y retener, todo lo que me interesaba en función de cada etapa evolutiva.

Las relaciones, reacciones, comportamientos, emociones, conversaciones y pasiones de quienes me acompañaban a lo largo de mi experiencia vital, me remitieron a una serie de preguntas fascinantes que ocupaban mis pensamientos y por los que me entregué plenamente al mundo de la Psicología.

Era una época donde las personas pasaban más tiempo en el trabajo que en cualquier otra actividad, así que se hizo el entorno perfecto para saber más sobre la condición humana. La empresa, se me revelaba como un fantástico laboratorio que me removía e inquietaba.

La teoría me entusiasmaba pero ¿sabría llevarlo a la práctica?, ¿funcionaría?, ¿qué otras herramientas podría utilizar?. Mi ilusión y deseo por experimentar hizo que me lanzase a las experiencias y retos posibles en ese momento y así empecé a trabajar con colectivos de personas con especial dificultad (aplicando psicología positiva, humanista, técnicas psicodramáticas, dinámicas grupales, entrevistas, planes de acción, escuchar, sintonizar, orientación y re inserción, técnicas bioenergetistas, feedback, …), un sin fin de posibilidades que me permitían practicar con herramientas con las que interactuar y acompañar a personas, en definitiva, generar espacios generosos donde dar y recibir.

Ni los buenos resultados, ni mi satisfacción con la relación teoría/práctica, ni siquiera los consejos o comentarios de compañeros, superiores y orientadores me apartaron de mi propósito: la aplicación a la empresa, el enfoque a las personas, la consecución de resultados y en definitiva el negocio.

Pero había una duda que persistía, como podía ansiar algo que no sabía realmente lo que es, ¿estaría engañada por el nombre?, ¿me decepcionaría lo que hay detrás?

Y entonces empecé a preguntar a empresarios, directores, docentes, sobre sus sensaciones y experiencias, mientras continuaba con mi especialización en empresa, leía, hacía cursos de expertos, seminarios, eventos y un Máster en RRHH.

Y entre tanto, apareció de repente, esa relación que te absorbe energía y  pensamiento, te cautiva y fascina ambicionando crecer en ese y no otro camino. Descubrí el espacio estimulante para mí, ese en el que estar con ilusión y pasión sin pensar en la recompensa, fue así como me dejé seducir por la Empresa, me entregué plenamente, conecté con las personas,  y caí a sus pies.

Hoy, después de más de quince años disfrutando del apasionante mundo de los negocios y los recursos humanos, sigo viviendo la empresa como un sistema tremendamente seductor, con personas que sienten, piensan y se emocionan, un espacio que continúa ocupando la atención y tiempo del adulto y con emociones y características muy humanas que imperan en la vida en general.

A pesar de mi relación de amor con el negocio no me he permitido caer en la comodidad, falta de ambición o en la monotonía, sigo activándome, trabajando y aprendiendo entre un amplio rango de colectivos, culturas y sectores profesionales, fusionando diversión a empresa, apostando por la energía y la acción, acudiendo a la esencia humana con certificaciones como el coaching individual y grupal y técnicas como las constelaciones organizacionales y poniéndolo al servicio de los profesionales. Al fin y al cabo, aquello que no se expresa ¿para qué sirve?.

Hoy, desde la dirección de RRHH y el caos dinámico de las empresas pienso que las relaciones humanas y las riquezas de las emociones impactan más que nunca en el negocio. En la empresa, he aprendido el excepcional valor de la planificación, participación y programación, la necesidad de pedir perdón en vez de permiso en el rol directivo, y el poder de la autenticidad de una mirada con sonrisa en un entorno lleno de energía y diversión, porque apasionarte con lo que haces para mí es tan importante como contagioso.

Si te mezclas con el poderoso motor del deseo, la intensidad de la pasión te lleva al éxito. Te atrapa, envuelve, te enciende sacando lo mejor de ti con magnetismo, compromiso y energía vital.

 Esta, es mi experiencia, te invito a vivir la tuya. Y si te apetece, a compartirla conmigo para contagiarme con tus comentarios. Gracias y encantada.

 

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